lunes, 4 de octubre de 2010

Un franco, 14 pesetas.

Gracias a los acuerdos europeos que han supuesto logros como la libre circulación de trabajadores dentro de la Unión Europea, miles de jóvenes universitarios o recién licenciados españoles, están aprovechando la coyuntura de difícil situación económica, para salir hacia otros países en busca de oportunidades profesionales o formativas.

Esos acuerdos que facilitan el movimiento de personas entre países europeos, a parte de servir para amortiguar los efectos de las crisis (como está siendo el caso), tiene enormes ventajas para los jóvenes, que amplian horizontes, mejoran idiomas, aumentan su capacidad resolutiva de problemas relacionados con sus distintas profesiones, etc...

A los profesionales españoles, hasta ahora, nos señalaban justamente como debilidad esa baja "movilidad geográfica", con respecto a profesionales del resto del mundo que desarrollan parte de sus carreras profesionales fuera de sus países de origen, sin que ello sea un trauma.

A nosotros nos ha tenido que empujar una crisis para hacernos el ánimo a salir. Yo no veo nada malo en ello, ni "generación perdida", ni nada por el estilo. En unos años, el país tendrá a profesionales mejor formados y cualificados, con experiencia internacional, y eso será una garantía de éxito en el futuro.

Me parece bien que tenga repercusión este fenómeno, aunque me cansa ya un poco el tinte dramático que se empeñan en darle los periodistas. El último de los que me he encontrado por la red, es un artículo publicado en El País -rotativo que, por cierto, se está despachando a gusto con el tema- que se titula Las ilusiones perdidas. En este poético artículo, se describe la "penosa" emigración de jóvenes andaluces en busca de un futuro que su país no les puede proporcionar, etcétera, etcétera. El artículo en cuestión, termina diciendo: "No son, como dicen, una generación perdida para ellos mismos. No son los socorridosni-nis que sirven para culpar a la juventud de su falta de empleo. Son una generación perdida para nuestro país y para nuestro futuro. Un tremendo error que pagaremos muy caro en forma de atraso, de empobrecimiento intelectual y técnico. Aunque todavía no lo sepamos."

Esta gente se cree que los jóvenes de ahora repiten las migraciones españolas de otros tiempos.  Aquí dejo un tráiler de la película "Un franco, 14 pesetas", que resume bien lo que fue la emigración en aquella época para los españoles.



Lo que sucede en España en el año 2010 es bien distinto de lo que sucedía en la España franquista que se muestra en esta película. Aquí existe una situación coyuntural de crisis, es cierto, pero ni estamos menos "avanzados" que el resto de los países europeos (al contrario, somos de los mejores, pese a la crisis), y muchos de estos jóvenes, en cuanto dominan los idiomas del país de destino, estan cualificados para ejercer profesiones de calidad (no son "mano de obra barata").

En fin, que no es para tanto.

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