martes, 23 de noviembre de 2010

Ibiza en invierno.

Escribo este breve post para contar que Ibiza no se "cierra" en invierno. Para todos aquellos que tienen que ir porque les caducan los puntos de Iberia o Spanair, o porque les ha tocado un fin de semana en un balneario, porque tienen que visitar al amigo de turno que se ha ido para allá a dar clases, o mejor todavía, si es que hay alguno, que se le ocurre ir por simple placer.

La isla de Ibiza, en invierno, se puede disfrutar en plan turismo rural, haciendo lo mismo que haríamos en cualquier viaje de este estilo por las comarcas de Teruel, Navarra, o similar. Hacer alguna ruta en coche por la isla, parando en miradores de acantilados (por la zona de Portinatx) o entre viñedos, por carreteras solitarias, sin el agobio del tráfico del verano. Darse pequeños paseos por los pueblos (Sant Carles de Peralta, o Santa Gertrudis, por ejemplo), tomar una cervecita en una de sus plazas. Una buena comida, con su sobremesa -que no hay prisa-, en Cas Pagés (ctra. Santa Eulalia), donde la especialidad es el arroz de matanzas, o probar el otro plato típico, el bullit de peix, en algún restaurante cerca de la playa que no cierre en invierno (llamar antes para reservar, es lo habitual). Tomar un café, té, o gin-tonic en alguno de los locales que hay en medio de ninguna parte (el bar de Las Dalias, cerca de Sant Carles), o en el que hay junto a las salinas, frente a la iglesia de Sant Francesc. Por la noche, un paseo nocturno por Dalt Vila (el casco antiguo de la ciudad de Eivissa), patrimonio de la humanidad, es espectacular. Y para rematar, en el centro de la ciudad, en la Plaza del Parque y alrededores, hay locales para tomarse unas copas tranquilamente. En el más famoso, el Teatro Pereira, aunque las copas son caras, se disfruta de música en directo cada fin de semana.



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